Algo tienen en común estos dos
objetos y es el TeflónMR. La relación entre Ciencia y Tecnología es
obvia pero el desarrollo y construcción de la bomba atómica es uno de los
ejemplos más claros de esta relación.
Tras el descubrimiento de las
partículas constitutivas de átomo, y la gran energía que se almacenaba en su
interior, durante el primer tercio del siglo XX la Ciencia y la Tecnología se
pusieron manos a la obra para ver qué se podía obtener de todo esto. En 1939,
estalla la Segunda Guerra Mundial y ambos contendientes empiezan una loca
carrera tecnológica y científica para hacerse con el arma definitiva: la Bomba
Atómica. El bando de los Aliados parecía tener ventaja. Su proyecto, conocido
como Proyecto
Manhattan, contaba entre sus filas con las mentes científicas más
importantes de la época pero tenía un grave problema tecnológico: sabían cómo
obtener el Uranio-235 enriquecido pero no podían llevarlo a la práctica. Para
obtener esta sustancia necesitaban emplear hexafluoruro de uranio (UF6)
pero esta sustancia era tan corrosiva que destrozaba todas las tuberías,
válvulas, llaves de paso,… No había manera de mantener en buen estado las
instalaciones. Se probaron combinaciones de metales, nuevos materiales,
revestimientos más resistentes,… Nada parecía ser capaz de resistir la acción
corrosiva del hexfluoruro de uranio.
La solución vendría de un
descubrimiento accidental realizado en 1938. Ese año, un científico de la empresa Du
Pont, llamado Roy J. Plunkett, hizo una observación bastante curiosa: un
tanque de tetrafluoroetileno (CF2=CF2) que se suponía
estaba lleno, parecía no contener gas alguno. En vez de desechar el tanque, Plunkett
decidió cortarlo y ver qué había ocurrido. Lo que encontró fue que el
interior del tanque estaba recubierto de una sustancia blanca cérea que era
sorprendentemente poco reactiva incluso ante las sustancias más corrosivas como
ácido y bases. Plunkett empezó a estudiar esta sustancia y determinó que se
había formado por un proceso de polimerización. La polimerización es un proceso
químico en el cual unas moléculas sencillas, llamadas monómeros, se unen
formando una moléculas de gran tamaño, llamada polímero. En el caso del TeflónMR,
la reacción de polimerización es:
CF2= CF2
→ -(CF2-CF2)n- n = Número elevado
Nagasaki, 9 de agosto de 1945 |
a la producción de dos bombas atómicas que, curiosamente, no serían lanzadas sobre Alemania sino sobre Japón. Las bombas se llamaron
Uno de los científicos más
reconocidos del siglo XX, Albert Einstein, redactó una carta
al presidente de los Estados Unidos de América sobre la necesidad de
desarrollar los estudios sobre la construcción de la bomba atómica. Después de
la detonación sobre Hiroshima, el propio Einstein, comentaría: “Debería
quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta a Roosevelt.”
Las aplicaciones del TefónMR son muy amplias e importantes. Entre ellas, podemos destacar: Revestimiento en aviones y cohetes debido a las grandes temperaturas que es capaz de soportar, construcción de prótesis por su gran flexibilidad, recubrimiento en estructuras sometidas a atmósferas corrosivas (fundamentalmente en la industria química), recubrimiento de balas perforantes (disminuye el rozamiento entre la bala y el cañón del arma) o en multitud de utensilios de cocina.
Muchas veces, al cocinar una tortilla de patata, uno piensa si no sería mejor que la tortilla se pegara un poco pero no existieran bombas atómicas...